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Los Jardines Zen representan al Universo y se utilizan desde épocas ancestrales para propiciar estados meditativos, al evocar sensaciones de tranquilidad, calma y paz, enfocando tu mente a través de tu creatividad. Son ideales para ayudarte a reducir el estrés y relajarte cuando necesitas un respiro de la vida.

Además, son muy decorativos. Al igual que los originales jardines japoneses Zen, que eran jardines exteriores para facilitar la meditación, un jardín de mesa Zen nos va a transmitir esas mismas sensaciones en tu lugar de trabajo, el living o el dormitorio.

Los elementos de todo Jardín Zen son la arena, las piedras y el rastrillo. La arena representa el agua. Las piedras representan la tierra. El rastrillo es para crear curvas y dibujos alrededor de las piedras, siempre cambiantes. Con el rastrillo, llegamos a ser verdaderos dueños de nuestro ambiente y entorno y, así, de nuestro estado de ánimo o pensamientos.

En un Jardín Zen, menos es más. La arena, el rastrillo y tu creatividad en cada momento es lo más importante. Sin embargo, podés añadir otros elementos o cambiarlos por algo que tenga significado para vos, que hayas recogido en un paseo o provenga de un lugar especial –una piedrita, una hoja, una pluma…

QenqeArte los realiza con elementos naturales de la Patagonia, de sus lagos, bosques y playas. Escogidos con dedicación y amor para crear un pequeño espacio de arte natural con el propósito de aquietar la mente, meditar, contemplar, estimular la creatividad, desarrollar el sentido de belleza y estar presentes mientras hacemos figuras en la arena y disponemos los elementos, observamos la enigmática figura de Budha o los tótems de piedra, encendemos la velita y el sahumerio.

Es un regalo amoroso, ideal para quien trabaja en un escritorio y para espacios tranquilos de la casa, un detalle relajante que brinda paz.